Para nadie es un secreto el estado deplorable en el que se encuentra la Salud Pública en nuestro país, he visto además con mucha preocupación las consecuencias que esto ha traído para nuestra población. No solo es la escasez de medicamentos en las farmacias e insumos en los hospitales, la irresponsabilidad del Estado ha generado sentimientos de ansiedad e indefensión en el pueblo, que se ha valido de las únicas herramientas a su alcance para buscar información: las redes sociales… una bendición y una maldición al mismo tiempo.
Por eso me tomó tanto tiempo decidirme a hablar de algo tan delicado y cuando el 11 de Septiembre fui testigo de toda esta paranoia, no quise hacerme eco de ninguna información sin confirmar porque el personal de Salud tiene el deber de educar responsablemente sin tomar ninguna situación a la ligera. Aún más en un país donde carecemos de prudencia a la hora de difundir cualquier cosa. Antes de escribir esto, conversé con médicos confiables y respetables con los que he tenido oportunidad de trabajar además de revisar comunicados oficiales de diversas organizaciones y por último, una reunión a la que asistí ayer y en la que recibimos orientación de un Infectólogo del Hospital (buen médico y docente) y una Epidemiólogo Pediatra quien es mi tutora de tesis, excelente profesional además.
Lo cierto es que fallecieron varios pacientes que llegaron al Hospital Central de Maracay con un Síndrome febril hemorrágico de aparición brusca, violenta progresión y desenlace fatal. Los rumores no se hicieron esperar, llegaron a decir que el Hospital se encontraba acordonado (FALSO). Según me informaron compañeros de 6to año, en algún momento se les impidió el paso hacia algunas áreas y ese 1er día se habló de una posible Meningococcemia por el cuadro clínico y las lesiones en piel. Al día siguiente pude ver Centros de vacunación privados a reventar, colas y colas de madres desesperadas buscando la inmunización contra meningococo para sus hijos. En las redes sociales se hablaba de Ébola. Si bien es una enfermedad que ha acaparado la atención del mundo últimamente, no tenemos motivos (y no hace falta ser médico para tenerlo claro) para pensar en una patología increíblemente infecciosa y con una mortalidad de entre el 50% y el 90% cuando la primera muerte se produjo los últimos días de Agosto. Sin profundizar mucho en Epidemiología, está claro que para ese momento hubieran fallecido otros pacientes hospitalizados, personal de salud, familiares y prácticamente todo aquél en contacto con el foco. ÉBOLA DESCARTADO.
También se mencionó infección por Yersinia pestis: peste septisémica. Algunos recordaron con pánico lo leído en los libros de Historia sobre la Peste que barrió con la población en la Edad Media. Rastreé el rumor hasta el TL de una usuaria de Twitter que se hacía llamar @Pacificasensei, digo se hacía porque luego de hablar detalladamente de un familiar suyo que fue uno de los primeros fallecidos, diciendo que ese era el diagnóstico y que habían tenido que quemar sus pertenencias sin poder acceder al sepelio entre otras medidas de prevención dictadas por los organismos competentes, al ser interrogada con mucho respeto de mi parte sobre el hemocultivo o el análisis que detectó este agente, la persona simplemente desapareció y eliminó su cuenta en la red social dejando tras de sí una estela de mensajes que se diseminaron y preguntas sin respuesta. PESTE DESCARTADA.
Justo cuando todo se salía de control, el Dr. Ángel Sarmiento Presidente del Colegio de Médicos de nuestro estado se pronunció, precedido de alguna información por parte del Vice-presidente en su cuenta personal de Facebook e inmediatamente después el secretario de Salud Luis López y el gobernador Tareck El Aissami desmentían cualquier situación irregular… Quizás tenían razón, quizás no debemos llamar irregular algo que vivimos desde hace meses y no debería extrañarnos que oculten cualquier información al país, si son expertos maquillando cifras y negando una epidemia de Chikungunya instalada desde Junio de este año ante organismos internacionales a los que se deben como la OMS y la OPS y lo digo con toda propiedad y responsabilidad ya que visité el foco donde todo inició en las primeras semanas del brote. Me pregunto si los venezolanos nos merecemos vivir en incertidumbre porque el Estado no se pronuncia oportunamente frente a hechos como estos y los que se atrevan a denunciar y exigir, seguirán siendo perseguidos por defender los derechos de quienes juraron proteger.
Sin embargo, las muestras tomadas a los pacientes se enviaron al Instituto Nacional de Higiene (bendita centralización) para su análisis y no entiendo como a estas alturas no han dado resultados. El Gobernador declaró sin base científica alguna, sobre unas causas de muerte que cualquier certificado de defunción se autodestruiría si alguien se atreviera a escribirlas. Diabetes Mellitus, Hipertensión… condiciones crónicas de base que no causan la muerte de nadie, la gente fallece de complicaciones derivadas de ellas en todo caso y en estos pacientes el desencadenante fue el proceso febril que sufrieron y entre las causas podemos mencionar Falla multiorgánica. Más tarde, otro tanto haría la Ministra de Salud enredando aún más el panorama.
La cosa se volvió a encender cuando en una conocida clínica de la capital, pierde la vida otro paciente con el mismo cuadro y se toman medidas de clausura como protección ante el desconocimiento del agente etiológico. Hasta hoy han fallecido 10 venezolanos y a continuación describiré un poco la clínica, las medidas que se han tomado y las declaraciones de las autoridades en el área.
Todos los pacientes iniciaron con un proceso febril, malestar general, mialgias, artralgias que rápidamente progresaron hasta hemorragias por orificios naturales, vómitos, deshidratación, convulsiones y lesiones cutáneas (empezaron como pequeñas manchas llamadas petequias hasta confluir y abarcar más superficie) y en otros casos estas lesiones se presentaron como flictenas o ampollas, trastornos de coagulación, insuficiencia respiratoria, renal, cardíaca, hepática. En un lapso de 72 horas fallecieron, algunos solo permanecieron unas horas en los centros porque eran traídos por familiares al notar la gravedad del cuadro al 2do-3er día y otros acudieron a ambulatorios de la localidad en donde indicaron hidratación, medicación para el dolor y la fiebre pero por la evolución tórpida de este síndrome los pacientes empeoraron y al llegar al Hospital eran pocas las oportunidades de recuperación, aún más en presencia de algo tan violento y desconocido para el personal de Salud. Al conocerse de estos casos, los pacientes siguientes fueron aislados y el personal hizo uso del poco material del que disponían para protegerse como batas quirúrgicas y tapabocas. Algunos también recibieron antibioticoterapia profiláctica como resguardo en caso de una infección bacteriana (también se planteó Rickettsiosis transmitida por picaduras de garrapatas y pulgas).
Es importante destacar que los pacientes proceden de distintas comunidades, no tienen ningún nexo entre sí y el Hospital no fue la fuente de la infección, si bien cada Hospital tiene una flora microbiológica propia según el área (quirúrgica, pediátrica, emergencias, etc) y la localidad, país, en que se encuentre, no fue allí donde contrajeron la enfermedad y esto bien lo sabía el Gobernador cuando entró y se paseó por los pasillos para demostrar no sé qué.
Otras enfermedades que se tomaron en cuenta y que pienso que pudieran coincidir con estos casos son la Fiebre Hemorrágica Venezolana o de Guanarito, Hantavirus (ambas transmitidas a través de los roedores en zonas rurales) y lo último que se planteó y que se informó ayer en la reunión a la que acudí fue una presentación atípica y mortal del virus Chikungunya. Esto también fue lo que se discutió ayer en Caracas en una rueda de prensa con la presencia de:
Vicerectorado Académico UCV
Escuela Medicina Vargas
Facultad Ciencias Salud UC
Colegio Médico de Aragua
Academia Nacional de Medicina
Instituto Medicina Tropical
Sociedad Infectología
Infectología HUC
Somir HUC
Cátedra Salud Pública UCV
Organizaciones Derechos Humanos (Acción Solidaria)
Red de Sociedades Científicas
CENDES
Sindicatos Salud
Estudiantes Medicina UCV
Residentes @MedicosXLaSalud
Esto se justifica por varias razones:
La cepa que llegó a nuestro país es la asiática, que suele ser bastante agresiva. En la Isla La Reunión donde se presentó una epidemia en 2006 hubo 256.000 casos con 256 decesos por lo que se estima una tasa de mortalidad de 1 por cada 1000. Si bien la enfermedad suele ser autolimitada y «benigna» si no tomamos en cuenta las secuelas, la imposibilidad laboral y el costo para la nación, se han descrito cuadros que resultaron letales con esta proporción en la población afectada.
Desde que se detectó el primer caso positivo para Chikungunya, la fiebre como motivo de consulta ha triplicado su incidencia. Hay un gran problema que es el subregistro. En algunos ambulatorios quienes se encargan de esto solo trabajan en la mañana y los casos que llegan en la tarde no se incluyen por falta de papelería. En algunos centros han prohibido colocar Chikungunya como diagnóstico y han estado usando eufemismos como «Síndrome febril poliarticular». Es por ello que una de las conclusiones de esta rueda de prensa ha sido exigir que en vista de la epidemia, el diagnóstico ya no sea serológico sino por definición clínica siguiendo los lineamientos de la OMS. Es absurdo no hacerlo cuando epidemiológicamente se nos exige, además en un país donde el único organismo con capacidad para procesar estas muestras no cuenta con los recursos.
También se exige que la enfermedad sea de notificación obligatoria, ocultar cifras no beneficia a nadie. Es una locura pretender que solo se registren casos en extremos de la vida (recién nacidos y ancianos) y embarazadas. Terminaríamos sesgando las estadísticas y pasaría lo mismo que con la influenza Ah1N1, solo murieron pacientes de estos grupos etarios o al menos eso fue lo que pareció.
Hay aproximadamente 300.000 casos de fiebre con etiología desconocida, se estima que un promedio de 90.000 sean por Chikungunya y que la epidemia dure entre 40 a 60 semanas con una penetración del 63%.
Extraoficialmente se conoce que de los fallecidos, 3 recibieron Profenid (nombre genérico Ketoprofeno) esto es un AINE… desde el principio se ha hecho necesario unificar criterios e informar a la población. Las personas han estado automedicándose y también hay médicos que han prescrito cócteles con AINES y esteroides cuando ya se ha dicho que eso está contraindicado en los primeros 10 días por riesgo de trombocitopenia y consecuentemente sangrados. Igual con los antialérgicos tipo loratadina para el prurito y el rash: pueden usarse después de la 1era semana.
Las peores ideas son las que comienzan con: «mi vecina se lo tomó y le cayó bien». Twitter ni facebook ni google son médicos… he visto «récipes» volando en las redes sociales mejor escritos que si un MIC los hubiera redactado pero sin ninguna base ni autoridad científica ni médica.
Chikungunya no vuela ni nada, no es que lanzaron un arma biológica en el ambiente para acabar con Venezuela ni que los metales y residuos en el agua son responsables… Eso es un insulto a nuestra inteligencia aunque sabemos que tenemos suficiente para preocuparnos con otras patologías derivadas de la contaminación del agua que estamos consumiendo. Tampoco se transmite de persona a persona. La cantidad de casos se explican porque somos una población virgen frente a este virus, no tenemos ninguna inmunidad y estamos indefensos frente a el. Tenemos los vectores (mosquito patas blancas y tigre), los factores de riesgo (criaderos, déficit en el servicio de agua que induce al almacenamiento, etc) y estamos propensos con un sistema de salud tan pobre y golpeado. Lamentablemente creo que Chikungunya llegó para quedarse, la epidemia repetirá en algunos años y sufrirá la población infantil que no tendrá inmunidad para ese momento.
Finalmente el llamado es a la prevención, difusión de información con responsabilidad y en caso de presentar fiebre, dolor articular, rash, no se administre medicamentos sin vigilancia médica.